viernes, 1 de mayo de 2020

19 dias para 23 años

Ha pasado mes y medio desde que se decretó el estado de alarma.

Echando la vista atrás,  me parece que el tiempo ha pasado rápido,, aunque tengo recuerdos, en los que sentía que el tiempo iba lento y con sensación de no saber cuando íbamos a salir de la situación en la que nos encontrábamos y todavía nos encontramos.

Este virus ha cambiado nuestras vidas, ha cambiado mi vida y espero que sea para mejor.

Las relaciones con las personas, salvo con  las que convivimos bajo un mismo techo, se han distanciado físicamente, Aunque las nuevas tecnologías han ayudado mucho a mantenernos "conectados".

Está situación me ha ayudado a distinguir en mi vida,  lo que de verdad importa.

Tengo 61 años y mi inercia es grande, por lo que temo volver a mis hábitos, cuando todo pase. Aunque sé que no olvidaré algunos momentos de este confinamiento y ese recuerdo espero que me ayude a reorientar mi vida.

En el terreno espiritual, la oración está mas presente en mi vida, Magnificat TV y los Franciscanos de María han sido un gran consuelo espiritual.
La comunión espiritual no puede sustituir a la comunión física, pero nos hace testigos,  de su presencia sacramental. Me pongo en la piel de los ancianos, que no pueden desplazarse a una Iglesia y participan de la Santa Misa a través de la  T.V.

Jesús, me fío de ti,
te quiero,
te adoro,
te doy gracias,
te pido perdón,
te pido gracias,
me ofrezco a ti,
como María.

Un cordial saludo
S. José