domingo, 15 de enero de 2023

Living

 Es el titulo de una película que vi ayer, que me ha gustado mucho.

El actor Bill Nighy, en el papel de Williams, un funcionario en el Londres de los años 50, realiza una magnifica interpretación.

La noticia de su enfermedad, le impulsa a dar un nuevo sentido a su vida.

Su flema inglesa, ya no es fría. Poco a poco, si tenemos paciencia, vamos a conocer sus sentimientos y los motivos de sus acciones.

En mi opinión, el parque y el columpio, son una metáfora de la búsqueda del sentido de nuestras vidas.


En la película, se brinda un homenaje a las madres y a sus niños, es decir a  las familias.

En esta sociedad "liquida" en la que vivimos, "living", es un corcho, un flotador, para enfrentarnos a ella.

Nos impulsa a luchar por los derechos de los niños y de las familias, a tomar consciencia de que nunca es tarde, para buscar el sentido de nuestras vidas.

Nos impulsa a VIVIR.

Un cordial saludo

S. José


lunes, 28 de marzo de 2022

Reina de la Paz

 El pasado viernes 26 de Marzo, el Papa Francisco, consagró a Rusia y a Ucrania al corazón inmaculado de la Virgen María.

«Sin amor, ¿Qué podemos ofrecer al mundo?.  Un cristiano sin amor es como una aguja que no cose, por eso es necesario obtener del perdón la fuerza del amor, porque si queremos que el mundo cambie primero tenemos que cambiar nuestro corazón», ha subrayado el Papa.

Reproduzco la oración para la Consagración que realizó el Papa:

"Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: “¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?”. Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.


Acoge, oh Madre, nuestra súplica.

Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.

Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.

Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.

Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.

Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.

Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.

Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.

Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu madre» (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El “sí” que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres “fuente viva de esperanza”, disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén "

Pienso que no es casualidad que esta consagración se realizó el día en que celebramos la festividad de la Anunciación a la Virgen María.

En ese día  pido ayuda a Dios, por la intercesión de la Virgen María,  para que se convierta en realidad mi deseo y compromiso, de convertirme en un hombre de paz.

Un cordial saludo.

S. José

domingo, 11 de julio de 2021

La Confesión de Tomas

 Mañana me toca exponer, en mi grupo de oración, este capítulo de la catequesis de los Franciscanos de María, libro VIII capítulo 48 (P. Santiago Martín). 

A continuación escribo mi resumen,  basado en la citada catequesis:

"...Se presentó Jesús en medio  estando las puertas cerradas, y dijo:<< La paz con vosotros>>.

Luego dice a Tomas: <<Acerca aquí tu dedo...; trae tu mano y métela en mi costado...>>. Tomas le contestó: <<Seños mío y Dios mío.>> Dícele Jesús: << Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído>>" (Juan 20,24-29).

En medio: Jesús sigue estando en medio, de una comunidad o grupo, que se reúne unida por el amor a Dios y por el amor reciproco. Somos una comunidad unida... ¡Hemos visto!.

Tomás: Es un apóstol valiente, que anima a otros a acompañar a Jesús a Jerusalén, aunque supusiera morir con él. Es Misionero como se demostró después (India), pero había perdido su Fe. Era un hombre tozudo, anticipo del hombre contemporáneo. Había sido Soberbio.


La verdadera Fe: Es la de Dimas, cree en el Amor de Dios,  cuando está en la Cruz. El sí de María es,  la Fe de los que se abandonan en Dios.

Debemos guardar los momentos de luz, para contrarrestar los momentos de oscuridad.

¿Qué decir a los que dudan de la existencia de Dios y piden pruebas?

La Iglesia es la continuadora de su obra y las heridas provocan la Santidad de la Iglesia.

-Atiende a + de la mitad de los enfermos de Sida, aunque sea odiada por (parte) del movimiento gay.

-Cuida de millones de niños (Parroquias, Colegios, Orfanatos) aunque sea considerada por algunos, como un modelo de protección de pederastas.

-Atiende con amor a millones de ancianos y enfermos, aunque sea identificada por algunos, como un peligro para la salud reproductiva o para los derechos de la mujer.

Pero debemos mostrar también las heridas provocadas, por el pecado de sus hijos pecadores.

Son hijos que prefieren acogerse a la misericordia divina, antes que considerar que lo realizado, no sea pecado.

Nuestro pecado no mancha a Jesús. En la Iglesia tenemos un lugar especial, para los pecadores y enfermos. No para decirles que sigan con su pecado, sino para darles el abrazo del padre al hijo pródigo.

Creemos en la Justicia, no en la venganza. Debemos parecernos a los primeros cristianos: de ellos se decía: "Mirad como se aman".

Un cordial saludo

S. José


sábado, 30 de enero de 2021

El profesor de Persa

 ¡Quiero salvar mi vida!. Encuentro un camino inesperado,  cambiando mi bocadillo por un libro...que me salva la vida... de momento.

Construyo un mundo ficticio de 2.800 palabras, basadas en 2.800 personas reales, pero estoy cansado de sentir miedo.

Veo por una ventana el sufrimiento humano y me conmueve el amor fraterno.

Vuelvo a facilitar alimento y conozco la promesa de un hijo a su madre. 


Visito una iglesia derruida,  de la que solo queda un Cristo crucificado.

Ahora hago un paréntesis para recordar las palabras del Papa Francisco, en su reciente catequesis 22:

"...La Biblia no está escrita para una humanidad genérica, sino para todos nosotros, para mí, para ti, para hombres y mujeres en carne y hueso, hombres y mujeres que tienen nombre y apellidos, como yo, como tú.... "... "Así la Palabra de Dios se hace carne —me permito usar esta expresión: se hace carne—  en aquellos que la acogen en la oración. En algunos textos antiguos surge la intuición de que los cristianos se identifican tanto con la Palabra que, incluso si quemaran todas las Biblias del mundo, se podría salvar el “calco” a través de la huella que ha dejado en la vida de los santos..."..."Hoy, aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, se celebra la Jornada de la memoria. Conmemoramos a las víctimas de la Shoah y a todas las personas perseguidas y deportadas por el régimen nazi. Recordar es expresión de humanidad. Recordar es signo de civilización. Recordar es condición para un futuro mejor de paz y de fraternidad. Recordar también es estar atentos porque estas cosas pueden suceder otra vez, empezando por propuestas ideológicas que quieren salvar un pueblo y terminan por destruir un pueblo y a la humanidad. Estad atentos a cómo ha empezado este camino de muerte, de exterminio, de brutalidad."

En medio del holocausto, alguien salva mi vida,  matando a un inocente, porque le ayudé, sin saberlo, a mantener su promesa a su madre. Ahora decido darle el relevo y ofrecer mi vida para mantener su promesa. Al final sigo vivo, soy solo un testigo,  que puede recitar 2.800 palabras, pero detrás de cada palabra hay un nombre, una persona que ha muerto. ¡Ojalá que mi recuerdo,  sirva para construir un futuro mejor de paz y fraternidad, de los seres humanos, hombres y mujeres de carne y hueso!.

Un cordial saludo

S. José



sábado, 16 de enero de 2021

Padre

 Yo soy padre y me despierto solo.

Quiero ver la hora,  pero he perdido el reloj.

Los lugares se mezclan en mi cabeza. No sé en que casa estoy.

No acepto mis limitaciones y dejo salir mi carácter irascible, con personas desconocidas para mi,  que me cuidan a su manera.

Tengo un gran dolor en mi corazón, por la perdida de un ser querido, que nubla mi mente y mis recuerdos.

Hay otro ser,  con el que compartí buena parte de mi vida, que ya no está a mi lado y al que me niego a echar de menos.

Tengo el amor a mi lado en forma de hija, de la que recibo mucho y a la que doy poco. Le expreso comparaciones, que son casi siempre desafortunadas. La comparo en negativo, con la persona que añoro y cuyo recuerdo me remueve y me confunde. La identifico injustamente,  con la persona que no está presente, a la que no valoro y de la que subrayo sus peores atributos.



Hay otros personajes, cuyo recuerdo es todavía más confuso, cambian de cara y desaparecen de imprevisto, a veces soy grosero con ellos y otras ellos conmigo.

Alguien que me cuida, me recuerda que mi hija tampoco está ya conmigo, su comportamiento es paciente y amoroso y aunque yo podría ser su padre,  ella me trata como a un niño.

Ahora que mi aliciente del día es dar un paseo, viendo la luz, añoro a mi madre. Lloro con mi corazón de niño y entonces con mi cabeza recostada sobre su hombro, quizás lo comprendo todo.

Un cordial saludo

S. José


viernes, 1 de mayo de 2020

19 dias para 23 años

Ha pasado mes y medio desde que se decretó el estado de alarma.

Echando la vista atrás,  me parece que el tiempo ha pasado rápido,, aunque tengo recuerdos, en los que sentía que el tiempo iba lento y con sensación de no saber cuando íbamos a salir de la situación en la que nos encontrábamos y todavía nos encontramos.

Este virus ha cambiado nuestras vidas, ha cambiado mi vida y espero que sea para mejor.

Las relaciones con las personas, salvo con  las que convivimos bajo un mismo techo, se han distanciado físicamente, Aunque las nuevas tecnologías han ayudado mucho a mantenernos "conectados".

Está situación me ha ayudado a distinguir en mi vida,  lo que de verdad importa.

Tengo 61 años y mi inercia es grande, por lo que temo volver a mis hábitos, cuando todo pase. Aunque sé que no olvidaré algunos momentos de este confinamiento y ese recuerdo espero que me ayude a reorientar mi vida.

En el terreno espiritual, la oración está mas presente en mi vida, Magnificat TV y los Franciscanos de María han sido un gran consuelo espiritual.
La comunión espiritual no puede sustituir a la comunión física, pero nos hace testigos,  de su presencia sacramental. Me pongo en la piel de los ancianos, que no pueden desplazarse a una Iglesia y participan de la Santa Misa a través de la  T.V.

Jesús, me fío de ti,
te quiero,
te adoro,
te doy gracias,
te pido perdón,
te pido gracias,
me ofrezco a ti,
como María.

Un cordial saludo
S. José



sábado, 6 de julio de 2019

La canción de nuestra vida

Joey es una "madre coraje".

Junto con su marido Rory, forman un dúo exitoso, de cantantes de música country americana.

Cuando Joey se queda embarazada, deciden hacer un parón en sus carreras, tomarse un año sabático y grabar su vida. 

Lo que les ocurre no lo tenían previsto,  pero lo aceptan sin dudarlo.


Cada momento se convierte en un instante de gozo y de acción de gracias.

La vida de Joey se pone cuesta arriba, pero ella luchará por seguir dándole amor a su hija Indiana,  a su marido Rory y a todos sus familiares y seres queridos.

No se trata de una película convencional. No hay actores. Son personas reales que viven su vida en coherencia con sus creencias, en familia, disfrutando de la naturaleza y de cada instante de sus vidas.

Un cordial saludo.

S. José